Un parto prematuro ocurre cuando el bebé nace antes de la semana 37 de embarazo. Dentro de las principales señales de un parto prematuro se encuentra:

El dolor de pezones, uno de los problemas más comunes de las madres en el período posparto. Cierto grado de sensibilidad al principio de cada mamada durante los primeros días puede ser normal. Cualquier molestia más fuerte o que dure más que los primeros días necesita atención.

No siempre es fácil retornar a la vida en pareja, luego de la llegada de un bebé a la familia. Las primeras semanas después del nacimiento son, si se quiere, las más agotadoras que viven los padres. La completa disponibilidad de la madre para lactar, los cuidados, las levantadas por la noche para calmar o alimentar al pequeño, y la emoción propia de un cambio de esta magnitud, los deja fundidos.