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    Evita las pronunciaciones tipo balbuceo. El ejemplo es la mejor manera de enseñarles el buen uso del lenguaje.

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    Asegúrate de que en tus rutinas estén presentes el “gracias” y el “por favor”, de tal manera que tus hijos lo adopten naturalmente.

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    Destina como mínimo una hora diaria de lectura de cuentos, acordesa la edad, para que vayan desarrollando la imaginación y aumentando su lenguaje.

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    Controla el deseo de leerles los pensamientos, dales la oportunidad de que se comuniquen solos, ya sea con palabras o gestos.

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    Invítalos a participar en juegos de roles imaginarios, títeres y similares. Es clave vincular a varios miembros de la familia.

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    En esta edad, tus hijos deben ser capaces de ordenar objetos por forma, tamaño y color, seguir instrucciones que impliquen dos a tres pasos, realizar imitaciones y esperar turnos.

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    Promueve la práctica de juegos que impliquen realizar actividad física, por ejemplo,“escondidijo”, saltar en un pie y bailar, entre otros.

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    Lleva a tus niños a las citas de crecimiento y desarrollo y aprende a identificar el proceso de cambio constante tanto en su parte física como en la psicosocial.

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    En la visita al médico de familia es importante que le preguntes si tu hijo requiere desparasitación, en especial si vives en áreas rurales, si en tu sector hay condiciones sanitarias deficientes, si constantemente cambias de lugares de residencia o no tienes alcance al agua potable.

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    Pregunta en tu IPS por las jornadas gratuitas de aplicación del barniz de flúor, una sustancia que ayuda a proteger los dientes de tus niños.

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    Recuerda que la comida es una necesidad básica y no se debe utilizar ni como premio, ni como castigo.

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    Ten presente incluir alimentos tipo carne y granos que les ayuden aparte de la alimentación a desarrollar la mordida.

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    Papá, mamá y demás familiares serán el mejor ejemplo de cómo sentarse y utilizar los cubiertos en la mesa.