Acostado, sentado, caminando, trotando o haciendo cualquier movimiento... siempre es un buen momento para preparar tu cuerpo. Regalarle fortaleza, elasticidad y resistencia no es sólo una tarea de los deportistas, sino una oportunidad que tenemos todas las personas de estar preparados para disfrutar el máximo de las posibilidades que nos brinda la vida.

Imagina a tu cuerpo como una gran máquina que, para su buen funcionamiento y para garantizarle una larga vida, requiere que le des un uso adecuado, mantenimiento constante y atención oportuna cuando detectes alguna señal de alarma, como los riesgos osteomusculares: traumas (lesiones, dolores, golpes, heridas) que pueden sufrir tus huesos, músculos, ligamentos y tendones. Un trauma puede ser:

Directo: al golpearte con un objeto.

Rotacional: giras una parte del cuerpo sin preparación, técnica o en situaciones inestables, pudiendo dañar las articulaciones.

Compresión: sufres un aprisionamiento de tu cuerpo.

Aceleración-desaceleración: te mueves bruscamente hacia adelante y luego hacia atrás.

En tu autocuidado está la fórmula para evitar muchas de estas situaciones:

Levántate 10 minutos antes de lo normal; así no saldrás a las carreras, atropellándote con todo lo que se te cruce.
Cada que utilices tus manos, mantenlas siempre a la vista de tus ojos.
Lleva la vista uno o dos pasos delante de los que darán tus pies.
Realiza ejercicios de calentamiento y estiramiento en cada actividad física.
Cada que te montes a un vehículo, utiliza el cinturón de seguridad.
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Los riesgos osteomusculares también pueden ocasionarse por malas posiciones

Estáticas: al sentarnos, dormir, ver televisión, estudiar, trabajar, hablar por teléfono.

Dinámicas: al caminar, recoger objetos, hacer movimientos bruscos, repetir movimientos continuos.

Recuerda algunos tips básicos para tu autocuidado estático o en movimiento:

Prefiere la posición fetal (“en cucharita”) para dormir.
Observa televisión sentado en un sillón y no en la cama.
Cambia continuamente de posición al estar sentado, estira los pies, recógelos, endereza la espalda, tira los hombros hacia atrás, mueve la cadera.
Camina con la espalda erguida.
Apóyate en un experto para que te ayude con la técnica adecuada para practicar tu ejercicio o deporte preferido.

Al recoger objetos, flexiona bien las rodillas y mantén la espalda recta.
No levantes objetos con peso superior a la mitad del tuyo.
_______________________________________ (Llena este espacio mentalmente).

Tener músculos débiles también te hace propenso a sufrir riesgos, como desgarres, contracturas (el músculo se queda en forma de nudo) y fatiga muscular, entre otros.

Ejercítate, muévete, no te quedes quieto, bájate del bus una cuadra antes de llegar a tu destino, utiliza más las escaleras, sal a bailar de vez en cuando.
Realiza mínimo 150 minutos semanales de ejercicio físico. 30 minutos diarios serán muy saludables.
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Consulta a tu médico de familia

 

Consulta a tu médico de familia en el momento en que sufras un trauma que te genere dolor articular o muscular, hinchazón, amoratamiento o enrojecimiento.

Artículo desarrollado con el apoyo de César Andrés Torres
Deportólogo EPS SURA

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